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martes, 14 de julio de 2015

Momo, Michael Ende. Reseña.

Momo
O la extraña historia de los ladrones del tiempo
y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres.

Momo portadaUna novela-cuento de hadas.

Autor e ilustraciones: Michael Ende.
Año de la edición original: 1973.
Ediciones Alfaguara.






Edad recomendada

Niños-as a partir de 9 años.
Adultos. A pesar de ser un clásico de la literatura infantil y juvenil, recomendamos especialmente su lectura a madres, padres y educadores de cualquier edad.


Sinopsis

Momo es una niña con un don muy especial, el de saber escuchar. Sin raíces ni lugar de pertenencia, pronto se convierte en un personaje imprescindible para los vecinos de la ciudad, tanto para los mayores como para los niños. Todo cambia el día en que aparecen unos siniestros personajes, los hombres grises, que afirman trabajar para la Caja de Ahorros del Tiempo. Momo parece la única capaz de permanecer inmune a sus terribles planes y por eso se convierte en una terrible amenaza para ellos.


Michael Ende

(Garmisch-Partenkirchen, Alemania, 1929 – Roma, Italia, 1995).

Escritor especializado en literatura juvenil, fue hijo del pintor surrealista Edgar Ende. Cursó estudios de Teatro y trabajó inicialmente como actor, hasta que abandonó esta profesión para dedicarse exclusivamente a escribir.

Su primer libro fue “Jim Botón y Lucas el Maquinista” (1960), pero su primer gran éxito llegó gracias a “Momo” (1973), que obtuvo el Deutscher Jugendbuchpreis al año siguiente.

Su novela “La Historia Interminable” (1979) le consagró definitivamente como uno de los autores más importantes de novela fantástica del siglo XX.


El libro

"Momo" es uno de esos libros especiales que todo buen lector que se precie guarda en su inventario de novelas inolvidables. Todo aquel que lo ha leído de niño tiene un buen recuerdo. Sin embargo, es imprescindible redescubrirlo con ojos de adulto.

En el epílogo, el autor confiesa que escribe la historia de memoria, tal y como le fue contada por un curioso personaje que encontró en un viaje en tren. Un hombre que, como el maestro Hora, parecía un anciano y al momento un joven.
 
“… durante el largo recorrido nocturno me contó toda esta historia. Entonces, el enigmático pasajero añadió todavía una frase que no puedo escatimarle al lector:

-Le he contado todo esto -dijo-, como si ya hubiera ocurrido. También hubiera podido contarla como si fuera a ocurrir en el futuro. Para mí, no hay demasiada diferencia.”

Y es que "Momo" fue escrita en 1973, pero es una fábula que refleja a la perfección el vertiginoso día a día de nuestra sociedad del siglo XXI. Adultos hiperocupados y omniconectados, estresados y siempre con prisa, que imponen sin opción su implacable ritmo a los niños. En Momo se reivindica, entre otras muchas cosas, la necesidad de que los niños jueguen sin juguetes carísimos que lo hacen todo y no dejan espacio a la imaginación. De que lo hagan en espacios abiertos, sin más objetivo que pasarlo bien. Esta página golpea la conciencia, y más si se piensa que fue escrita hace más de 40 años:



El tiempo es el tema principal, pero no es el único que se trata en "Momo". Como sucede en todos los grandes libros, esos que son obras maestras intemporales, esconde tantas lecturas e interpretaciones como lectores haya adentrándose en sus páginas. Ende abre la puerta a una mezcla absorbente de escenarios de realidad y fantasía, personajes con los que identificarse y símbolos como la tortuga, que volverá aparecer en La Historia Interminable. Los lectores tendrán que descubrirlos por sí mismos.

"Momo" es un cuento maravilloso, y a la vez una lectura obligada en estos días en el que el tiempo es un bien tan escaso que ni siquiera somos capaces de reflexionar sobre su auténtico valor en muchas ocasiones.


“Nadie se daba cuenta de que, al ahorrar tiempo, en realidad ahorraba otra cosa. Nadie quería darse cuenta de que su vida se volvía cada vez más pobre, más monótona y más fría.

Los que lo sentían con claridad eran los niños, pues para ellos nadie tenía tiempo.
Pero el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón.

Y cuanto más ahorraba de esto la gente, menos tenía.” (Capítulo 6, p.74)